¿A quién no le gustan las historias? Buenísimas cierto, pero debemos ser selectivos con las cosas que vemos y escuchamos. No hay porqué mencionar una marca que ya es lo suficientemente reconocida, pero muchos de nosotros utilizamos esa aclamada y popular plataforma de streaming. Nos hemos envuelto en sus producciones y otras películas, documentales o docuseries de las cuales han adquirido derechos de reproducción por un tiempo determinado. Mi categoría favorita es la de historias reales, encuentro unas joyitas que con mucha frecuencia recomiendo. Hace una semana le di la oportunidad a “The Darkest Hour”, basada en un extracto de la vida de Churchill, en un momento donde los alemanes le tenían la soga en el cuello a los británicos y sus aliados. Todavía pienso en el mundo en el que estuviésemos viviendo si los alemanes hubiesen ganado. Esto es otra historia pero a raíz de esa serie quiero compartirles lo siguiente.
Modificar o alterar las historias, ¿no son lo suficientemente buenas en sí mismas? A mis amigos, relacionados o desconocidos del arte del cine que comenten. Claro que fue cierto que Churchill hizo las gestiones para movilizar una flotilla de 850 naves civiles en el 1940 como parte de la Operación Dynamo para rescatar unos 350,000 solados británicos, franceses y otras fuerzas aliadas. Estos estaban atrapados en la playas de Dunkirk, y por la abrasiva ofensiva de Hitler, había que moverse rápido. También es cierto que sacrificaron tropas y que el estrés de vivir en medio de la guerra era abrumador y aterrador al mismo tiempo. Ahora, otra cosa cierta es que hay que ver las series con google en mano, si te interesa saber cuáles elementos son reales y cuáles no. Uno que no fue real fue la escapa de Churchill al London Underground, no daré más detalles por si la quieres ver. Si vas a ver una seria basada en una historia real, no asumas que es lo que históricamente pasó, es una inspiración pero no un recuento visual de lo que realmente sucedió. Entiendo que hay razones para hacerlo pero es necesario estar consciente de que estas producciones no pueden sustituir la realidad y mucho menos moldear nuestras opiniones sobre acontecimientos históricos. Siempre alimento sólido es mayor a alimento procesado y tergiversado con fines mercadológicos.
Aunque no he leído la biografía de Churchill, quiero juzgar un aspecto que si reconozco de su persona, y es que fue un líder que tomó decisiones en circunstancias críticas, de mucho estrés y eso es admirable. Pongámonos en sus zapatos, el temor de enfrentarse a un líder alemán irracional y de una influencia impresionante movilizando a toda una nación a perseguir ideologías retorcidas. Vivir la mayor parte del tiempo bajo la tierra, con luz artificial, resguardándote de aviones con misiles que pueden reventar lo que sea a su paso o destino. Fuerzas aliadas perdiendo fuerza, perdiendo tropas, perdiendo hermanos, hijos, esposos, y amigos día tras día. Unas máquinas fantasma debajo del agua, silentes pero altamente destructivas acabando con la gran infantería de la resistencia y la ofensiva. Tuve el privilegio de visitar los cuartos de guerra de Churchill en octubre del año pasado y lo que más me cautivó fueron dos espacios en particular. Uno fue el cuarto en el que Churchill se reunía con su gabinete, y el otro fue el cuarto de mapas, donde registraban los ataques, planeaban las estrategias y replanteaban cuando las cosas no iban tan bien. Es un lugar frio y húmedo, en la entrada puedes escuchar las historias de las personas que vivieron ahí por años, surreal para esta isleña que acaso tiene hierro en las puertas de su casa. Hoy no estamos debajo de la tierra resguardándonos de misiles, ni cocinando 10 platos diferentes con papas debido a la escasez de otros productos, pero vivimos en otro tipo de tiempos de convulsión. Utilizamos nuestros palabras como misiles para destruir, nuestra estrategia está sesgada por el egoísmo y vivimos en la escasez de buena salud mental por la abundancia y sobreabundancia de estimulaciones. Aunque tu vida no sea monetizada por esa plataforma de streaming, que las historias nos muevan a crear un mejor presente, que será la historia del mañana.
Gloria a Dios por todo.
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