El cambio siempre va, pero...

Como lo único constante en nuestra vida es el cambio, ya tenemos nuevo presidente. He leído muchos comentarios de esperanza en las redes sociales, he visto muchas fotos de personas que a pesar de sus limitaciones fueron a ejercer su derecho, en pocas palabras, las expectativas son altas. Yo espero que tanto Él como todo su equipo reconozcan el voto de confianza que los dominicanos han depositado en “El cambio va”. ¿Qué significa ese cambio para ti? Aquí no me voy a reservar mi opinión, yo quiero que en mi país haya:

- Una ciudad más segura y limpia para poder disfrutar de nuestros parques y lugares públicos.

- Un trasporte público seguro, funcional, eficiente y organizado.

- Un sistema de salud que funcione a favor de TODOS, que no discrimine.

- Servidores públicos trabajando por y para los dominicanos.

- Un equipo de trabajadores sociales apoyando a las familias en los retos de cada día.

- Un sistema tributario justo cuyos fondos recaudados sean sabiamente invertidos.

- Programas educativos transformados y fortalecidos.

- Un manejo adecuado de la deuda externa.

Debo confesar que he aprendido de mala manera que junto a una expectativa, viene una decepción, y no porque los cambios que se esperan no se produzcan, sino por los cristales a través de los cuales vemos las cosas y el proceso que implican los cambios. Si nosotros mismos estamos en constante transformación, y sabemos que no somos un producto terminado, que siempre hay oportunidades de mejora, un país o cualquier organización funciona de la misma manera. Mi esperanza está en un mundo nuevo pero estoy decidida a que mi tiempo en esta tierra sea de gran contribución. Pasar lo mucho o poco que me queda inhalando para después exhalar no me hace ningún sentido. Hoy he recibido una noticia triste, un reflejo de la dicotomía en la que vivimos, escribir sobre esto es lo que menos puedo hacer. Un espejo de una República Dominicana que necesita ser transformada como cada uno de nuestros corazones que albergan resentimiento, dolor, ira, frustración, envidia, y la lista sigue.

· Padres que abusan física y verbalmente de sus hijos/El perdón hacia los padres de esos hijos maduros y dispuestos a extender amor que les hubiese gustado recibir.

· Un joven que es atropellado por un conductor imprudente, un sistema de salud ineficiente en el cual el protocolo y el procedimiento es más importante que la vida en riesgo de un joven de 20 años. Por falta de atención, una sutura de herida tardía, y una sangre que llega después de un día completo de trauma, el joven deja de respirar./Una red de amigos y conocidos apoyando a la familia por su recuperación y que ahora lo seguirán haciendo para ser soporte en estos momentos difíciles. (Hecho de hoy).

· Bebes, niños y adolescentes huérfanos y con historial de abuso/Familias jóvenes con o sin hijos biológicos dispuestos a darle un verdadero hogar asumiendo la responsabilidad con mucho amor y compromiso.

· 3 personas en espera de una trasplante de órgano para evitar una muerte prematura/una mujer que era donante muere en un accidente y ahora tres de sus órganos mantienen con vida a esas personas.

· Niños de escasos recursos que no tienen acceso a la educación/ Hombres y mujeres que deciden voluntariamente apadrinarlos y permitirles tener una educación digna.

Como estos hay muchos ejemplos, pero hay de uno en particular del que puedo dar testimonio y fe más que de cualquier otro. Yo soy una mujer imperfecta, con anhelos insatisfechos y con días oscuros y al mismo tiempo SOY, respiro, camino, hablo, pienso, siento, como, escribo, he sido llamada, y me ayudaron a responder a mi llamado, de vivir una vida que glorifique a Cristo hasta que el me llame o Él regrese. Entiendo terrenalmente que el cambio siempre va, pero Dios es y siempre será Dios, quien preside el mundo por la eternidad.

Gloria a Dios por todo.

P.D. Esta foto es un espejo de lo que acabo de hablar, me la tomó mi esposo en un museo de Oxford en septiembre del año pasado. Yo estaba feliz por todo lo que estaba aprendiendo, porque estaba cumpliendo mi primera peseta pero realmente ese lugar fue una cárcel de monarcas, enfermos mentales, hasta niños, una locura. No estoy honrando mi insensibilidad pero la realidad es que cuando algunos ríen, otros lloran, si estuviésemos constantemente pendiente a eso, yo creo que se nos haría muy difícil disfrutar los momentos alegres.